Olvido

Busco su nombre en mí memoria
y sólo un vago recuerdo asoma
del que quizá usted halla sido
la que un día rechazo mi cariño.

Indago su nombre en mis recuerdos
pero solo tengo débil sospecha
de alguien friamente dura
que escupio la mano de quien le brindo la dicha.

Esfuezo al máximo los sentidos
pero nada suyo se viene conmigo
no hallo huella de su voz o sus mimos.
No hay referencia de su ser, en mi pasado

Perdóneme si prosigo mi camino
no le temo, no le evado no le huyo
no me inquieta su historia, su destino.
Simplemente no me atrae lo que ofrece.

En la Brea. Julio del 2002.

Poema XIX

Te lloraré hasta el día que regreces
si nunca regrezaras...
quizás te llore siempre.
Porque es más fácil amarte
que sentir el amor en tus labios
que ver tu mirada perdida en la mía.

Te escribiré con alguna nube,
para que el viento la lleve dónde estés.
Aunque no soñar no cuesta,
me cuesta soñar caminando de tu mano.

Mis lamentos y mis pedidos,
te llegan mas no te tocan
y los dejas libres al viento
sólo para decir...
que todo en ti a muerto.

Poema XVIII

Mí amor,
mí amor está echo de estrellitas
para guiarte a ti.
Sólo a ti.

Mí amor,
mí amor riega de rocio tu camino,
para que sepas tú de mi.
Sólo de mí.

Mí amor,
mí mundo tendrá tres estrellas
si te quedas tú,
si me das tu amor.

Mí amor,
mí amor lo consiguió todo,
sólo faltas tú...
Sólo tú.

Mí amor,
mi amor crece en tu ausencia,
se agita ante tu presencia
y entonces sólo entonces
sin argumentos quedo yo...

Juramento es juramento

Tu silencio es santo que no hace milagros
un puñal cruzando mi garganta
demonio que no se exorcisa
un olvido que no merecía.

Tengo por cosechar en el alma
todo el amor que me sembraste
sueños tiritando de miedo
luchando aún por hacerse materia

Sin ti mís días son funestos
me falta tu voz, tu aliento
tu boca pequeña, tu cuerpo
tus pies menudos, tu sexo
mi glande hurgando tu garganta
mi dedo tiembla buscando tu orgasmo
mi lengua seca sin jugos de tu antro

Más aquí estoy yo
como soldado fiel cumpliendo juramento
como esclavo fiel sin voz, sin lamento
cuidando bien la bala
que hundirè en el origen de mis tormentos.

A vaso lleno

Elevo alto mi copa
y brindo por tu nombre, tu ser.
Brindo también a copa llena
por tu pasado, que siempre será mío.

Bebo todo en un fuerte sorbo
hasta ver vacío el vaso
mientras me queman las tripas,
mientras busco lograr tu olvido.

El alcohol no calma mis penas,
no se borra el sentimiento ni el dolor,
pero me mata de a pocos.
Pasaporte al infierno.

Libo por las tradiciones muertas,
por la vela en el santo y la flor en la mesa
por la música de tus palabras y tu aroma en la almohada,
por todo lo que fue y deja de ser.

¡Salud! por las tradiciones hirientemente vivas,
el eco inmortal de tus palabras y tu sonrisa,
plegarias tuyas que mi garganta repite, evoca,
porque despierto siempre clamando tu nombre.

Brindo por la narcolepsia que dejo tu boca,
por mi piel ardiéndole caricias en carne viva,
por tu ser desnudo echo paloma, echo ternura,
porque desde la agonía, puedo gritar mi inocencia.

¡Salud Carajo!, siempre ¡Salud!
hasta quedar muerto, echo escoria
hasta que Dios se apiade
o hasta que el diablo se de por vengado.

Ya tu voz

Ya tu voz
no la trae el viento...
y el silencio
es la distancia entre nosotros.

Mi mano no volvió
a tocar tu puerta
buscando quizá migajas de tu cariño.

Cuando una historia termina
otra empieza,
y los recuerdos
de lo que fue y no fue
quedan escritos en el alma...
Dando sentido
a la experiencia.

No soy el héroe
de tus cuentos de hadas,
ni la más leve caricia
del viento en tu mejilla...
Tan solo un pájaro
pretendiendo enamorar la luna
Una gota de lluvia
en una rosa blanca.