Loreto, pequeña lola coquetona
agua fresca que humedece mi cuerpo
insaciable amante cada mañana
ahogas mi sed de amor y ternura.
Tienes fresca la primavera
yo los abriles que la experiencia exige
pero entre tiempo y tiempos
saltos y asaltos de sofá
enredos y líos de sábanas
sólo hay un hombre y una mujer que se aman.
La sabiduría es extinta
y la inexperiencia tonta etiqueta
soy maestro que aprende y no enseña
eres alumna que enseña y no aprende
en asuntos del amor es la voluntad lo que cuenta.
“Lore”, “Lore”, “Lore” amazona sin tregua
me tragas en el pantano cálido de tu sexo
te inquieta ser la presa
me seduce ser el perro tras la caza
cuanto más huyes entre paredes
cuanto más huyes entre paredes
mayor el deseo por estar junto a ti.
En noches como ésta
desata el frío, la cruel tormenta
estremece la tierra, tus volcanes erupciona
lanza tus tsunamis, tus huracanes sopla
ensaya tus tornados, la hecatombe fatal
que en “El día después de mañana”
quiero ser tu único sobreviviente…
Santigo de Chile, 06 de agosto del 2010
(Bibliotaca nacional)
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