miércoles, 28 de julio de 2010

Lamento Desencadenado III

¿Cómo estás amor?...
sabes, los días me son grises,

otros fríos, pálidos a la sonrisa,
tétricos difuntos
hurgándome el rostro cual alfiletero.


Miro el borde de mi cama y falta todo
tu aroma de sándalo y lavanda

tu sonrisa fresca, manantial de vida
el calor de tu aliento, tu humanidad
sin ti me falta todo, cruelmente todo.


¿Se podrá amar después de la muerte?...
No sé si la muerte me entregue tu cancerígeno olvido
porque ni vivo ni muerto mi alma hallara la paz.
Tu olvido conduce a la muerte
y desde la misma muerte me escupe a la vida.
Entonces: ¿Es el amor la resurrección de un cuerpo ya calcinado
por las memorias de un amor mendigo?.


Me siento agotado, anciano en mi vida
cuando ésta aún promete tanto.
lo dimos todo y todo nos condujo al fracaso.
Quizá se agotaron las mentes, la imaginación.
Quizá se nos canso el amor, pero no murió;
quedó exhausto, agonizante, esperando resucitar
con un soplo de vida, con una poquita más de fe,
con un beso más de amor…