domingo, 2 de agosto de 2009

Tú, Mí primera vez.


Tú, Mí primera vez.
Brindo por ti y por mi en la distancia
por esa mi vez primera
en la madrugada azul que me diste
llena de virginidad, inocencia y miedo
vacía de odio, tormento y soledad.
¿Te diste cuenta?.

La gloria se hizo luz en la penumbra
mi boca conoció tu boca
mi cuerpo se acomodo al tuyo
y aspiré tus secretos aromas. ¿Recuerdas?.

Como no amarte ahora
que los recuerdos mi cerebro raptan...
como no llorarte siempre
que mi ser necesita el tuyo...
como no implorar tu regreso
si soy por siempre de ti adicto. ¿Lo sabías?

En ti la magia se hizo sonrisa
gaviotas en libre vuelo tus manos.
Tu garganta alentaba mis malogrados intentos.
En ti la ternura se hizo mujer. ¿Recuerdas?.

Nos llegó el alba fresca del incipiente otoño
y la claridad delato tu tigreza figura
la erección débil, mi rápido orgasmo.
Me hice hombre entre tus piernas mujer. ¿Recuerdas?.

Me enseñaste a navegar tu cuerpo
tus besos fueron mi puerto
surqué el desierto de tu espalda
el oasis pequeño de tus astrillas
la inmensidad de tus nachas
la fuerza volcánica de tu vientre
la sensible maternidad de tus pechos
y el sismo que provocan tus caderas...
Fue así como te hiciste mi sangre, mujer. ¿Lo sabías?.

Asesinaste mi pureza
confiscaste mi fe y mi devoción.
Te hice mi santa, mi reina
me proclame tu devoto, tu lacayo.
Tu esclavo y tu rey. ¿Recuerdas?.



A Magu. En la eterna primavera, en un memorable 5 de abril

Fue por la madrugada y no me acuerdo


Serena como tímida
me anticipaste no comentar mi hazaña
sangrarme los labios con mis palabras
al inscribirme en tu vida,
en callar yo y la cabaña.

Abrasabas la cama derritiéndote en ella
tus manos pidiendo amara tu cuerpo
y las bocas declarando el deseo,
cuando rechaza tu vulva cosa extraña.

Me pediste el silencio de mil tumbas,
en una noche que rompió el alba.
Mujer piel ebúrnea,
deliciosa carne, jamás verdaderamente estrujada.

Tus ojos perdieron la mirada
revoloteaban cisnes en mi cuello
al momento de lactarme tus pechos.
Avivando el juego, tu vientre se estremecía,
se contorsionaban tus caderas.

Tanto que contar y callar.
Alguien preguntó tu nombre
mis labios lo olvidaron.
… fue por la madrugada y no me acuerdo.