viernes, 23 de abril de 2010

Lamento desencadenado II

Recuérdame amándote después de amarte
porque para amarte como te ame

primero tuve que amarte
hasta mucho más allá de mis propios sueños

Recuérdame declarándome después de cada declaración
porque amarte es un arte que no se olvida

un talento dejando huella tras la misma muerte
una historia escondida en las paredes de esa habitación.


Recuérdame luchando por no ser esa lágrima de dolor y odio,
resguardando tu mano con aquel anillo que echaste al olvido,
buscando siempre la nueva manera de mimarte
y no caer jamás en el pedante remedo ni la odiosa monotonía


Recuérdame con la voluntad férrea de leal soldado
disposición innata de sumiso esclavo
rememórame llevando tu mano sujeta a la mía
como lo quise siempre hasta instantes antes de mi o tu muerte

Recuérdame cuando no explotes en once orgasmos
y cuando te amen mucho menos de una vez al día…
Cuando no te mimen como yo lo hacía
y cuando le digas: “Te amo” sin mirarlo a los ojos.