miércoles, 22 de julio de 2009

De niña a mujer


(A Elbita, cómplice siempre de mis fantasías y mis temas se arriesgo uan vez más a secundarme, pero confieso ser yo el que secunda. Noble dama, buena amiga, gran mujer. Le estimo mucho)

Esta noche primera, con la oscuridad cómplice.
Entre rosas, deseo y timidez,
he conocido el éxtasis la entrega y el dolor.
Esta noche primera me estrené mujer.

Te note estoica, firme, valiente, serena.
Tú boca buscó la mía
y fui dueño de tu ternura…
Tus manos surcaron mi cuerpo
y fueron míos tu pasión y tu deseo.

Esta noche mágica me elevaste al cielo,
me volcaste en un sueño, me hiciste estremecer
y entre gritos de dolor y gemidos de placer,
me descubriste un mundo y me enfrentaste a él.

Sí, hay magia en la noche y solo fui tus alas,
tu cuerpo temblaba buscando asilo en el mío
te temía morir entre asfixias y suspiros,
entre mordiscos y palabras de amor.
Mutación de niña a mujer.

Atrás quedo la niña, la inocencia la candidez.
Cómo pájaro que alzo vuelo, buscando la aventura
y en ese dulce viaje, conoció la ternura
y descubrió su cuerpo y se entrego con locura.

No, no… no quedó nada atrás
esa inocencia y candidez parieron la ternura.
Desperté a la hembra en ti dormida
a la fiera salvaje, la felina.

Esta noche no hubo invitados, ni vestido blanco
ni iglesia ni cura, ni ramo de flores,
pero ¿Qué importa? Si nos sobro amor,
un amor puro que nació entre los dos.

Fue una noche para dos,
dónde lo blanco se lleva en el alma.
Las estrellas miraban azules
y el cielo nos acaricio con su rocío.
Te hice mía, mi amante, te hice mi mujer.

Y aunque en esta noche de pasión innata,
el mundo pretendía juzgar nuestro amor
cerramos los ojos y dimos la espalda,
nos iremos cómplices, descubriéndonos, amándonos.

La pasión vive allí… en el fuego mismo del amor
...y al mar con todos ellos,
no saben lo que es amar…
Camina, vive y envejece a mi lado.

(Pacoswaldo & Elbita Nery García)

Mejor vida, La muerte...


La muerte parca y sombría
la que todo malogra y corrompe
esa que tortura la carne
y reseca los huesos...
también pudre la existencia.

Se empoza estéril y hedionda
entre rosas marchitas
...en el polvo que esparce el viento,
en el alimento dirario de la vida...

Nos convoca con trompeta de silencio
sin mediar mayor aviso
que el último aliento que el ser respira
...sin la menor esperanza a veces
de una losa fría.

La muerte esa misma muerte
que aliada del tiempo y las circunstancias
nos sorprende con su cepa de veneno
muchas veces es para tomar mejor vida.

Mi vecina, mi amante


(A la vecina de alguien, deliciosa puta, dispuesta amante, buena hembra, cuestionable madre, mala amiga, pésima esposa)

Te amo vecina…
cada mañana cuando vienes y vas,
menuda, inquieta, urgente
… de cabello castaño pomo
divorciado siempre del peine.

Te amo siempre así
…con tu mirar café
perdiéndose en el vacío
…en tus cortos pasos
salientes de tus pies pequeños.

Te amo siempre así
hiriente, corajuda, fuerte
…amo tu pequeña boca
asilo de palabras amargas
de verdades funestas
y estreches de mente.

Simplemente te mimo así
con tus hombros semi carnudos
tus pechos tiernamente blancos, esféricos,
pícaramente rosados durante el mordisco,
gravitacionalmente afectados.

Me embriago siempre así
aspirándote totalmente toda
navegando por muchos surcos y carnes fofas
….de entre tu pancita a tu vientre.

Me doy por esclavo tuyo
al delinear tus felinas caderas
de tus alicaídos y pomposos,
…carnudos y pilosos glúteos.

Te ansío eternamente así
con tus muslos exterminándome el aire
por querer ser el agua
que bañe tu africana selva negra
del más pequeño monte venusino.

Te amo en momentos así
en agitaciones de humedad tibia,
de exterminador cansancio
mientras soy tu potro o tu jinete.

Me fusiono simplemente a ti
y tu pequeña grandemente glotona cueva
es geiser en erupción…
…Y muero siempre allí
quemándome en tus líquidos termales
…dando el beso de la agonía.

Te amaré mañana vecina
como cada mañana
en arcana osadía
en ignotas emociones…
…siempre cómplice la soledad
…siempre aliado el silencio
…siempre tan cerca y tan lejos
de los seres que amamos…