viernes, 17 de julio de 2009

A Maria


(Para alguna María, una de aquellas que nos pone al final de su mundo. Estando tan cerca como el aire que se respira, tan lejana como alguna estrella)

No hay más verdad
que la verdad única de amarte…
No hay más vida
que la vida que me estás robando…

No hay tiempo para olvidarte
si todo el tiempo lo ocupo en ti.
No hay espacio para odiarte
si estoy lleno de ti…

No hay distancia que me de tu olvido,
rincón que no tenga algo de ti...
Hasta el mismo aire tiene tu aroma
y aún hacen eco tus palabras en mi corazón.

...Y sigo aquí tiritando por miedo a tu olvido
con la mirada perdida y la memoria…
vagando en algún recuerdo tuyo,
tratando de calmar la angustia.

Tu amor es un mal que me conduce a la muerte
y quizá en la muerte misma te siga amando…
Si del amor al odio hay un paso,
…de la muerte a la vida solo un beso tuyo.