martes, 14 de julio de 2009

Misiva


(Para la que fue, es y nunca dejara de ser)

Te escribo con tinta roja
como la sangre de mis venas,
como el vino más amargo,
como el dolor de Cristo.

Te escribo desde mi rincón esquivo,
alejando del mundo y su amenaza,
escribo con amor de samaritano
y fe de ciego, creyendo solo lo que oye.

Escribo sí...
Siempre escribo desde mi privado universo,
contando mis galaxias,
jugando a ser Dios con lo que es mío,
siendo rey de un imperio sin Vasayos,
de un esclavo que se quedo sin ama.